Fracturas patológicas en niños
La terminología frecuentemente utilizada “fractura patológica” puede dar lugar a una interpretación inadecuada, ya que no es patológica la fractura en sí, sino el hueso, el cual puede presentar diversos cambios estructurales, metabólicos, displásicos, entre otros. Por lo tanto, es más apropiado discutir las fracturas que ocurren en niños con cambios óseos preexistentes.
La amplitud de este tema requiere una delimitación de los temas a tratar. No se abordarán aquí las fracturas en niños resultantes de procesos infecciosos o trastornos metabólicos, como el raquitismo y la osteopsatirosis. Nos centraremos en las fracturas por estrés, el diagnóstico diferencial y las fracturas resultantes de lesiones óseas tumorales o pseudotumorales preexistentes.
Entre las lesiones tumorales benignas más frecuentes en la infancia que pueden derivar en fracturas destacan el osteoblastoma y el condroblastoma. El osteoblastoma, localizado en la metáfisis de huesos largos, inicialmente corticales excéntricos, es localmente agresivo, provocando microfracturas por erosión del hueso cortical. La destrucción progresiva de la corteza puede provocar fracturas completas, facilitando la diseminación local y complicando el tratamiento oncológico. El condroblastoma afecta la región epifisaria de los huesos largos en crecimiento y puede provocar artralgia y deformidad.
El tratamiento de estas lesiones benignas es quirúrgico, preferentemente realizado lo antes posible para evitar la progresión de la destrucción ósea local. La resección segmentaria es la mejor indicación para evitar recurrencias locales. Sin embargo, la localización articular del condroblastoma requiere un abordaje quirúrgico específico, seguido de adyuvantes locales y, cuando sea necesario, injerto óseo.
Las neoplasias óseas malignas más frecuentes en la infancia, como el osteosarcoma y el sarcoma de Ewing, requieren un diagnóstico precoz y un tratamiento inmediato. En los casos de fracturas al momento del diagnóstico, el control oncológico local puede requerir cirugías ablativas, como la giroplastia de Van-Ness, que altera la función articular y requiere apoyo psicológico para el paciente.
Además de las neoplasias malignas, las fracturas en los niños pueden estar asociadas con lesiones pseudotumorales, como quistes óseos simples, quistes óseos aneurismáticos, displasia fibrosa y granuloma eosinofílico. El tratamiento varía según la lesión y puede implicar resección, legrado intralesional y relleno con injerto óseo autólogo.
En resumen, las fracturas en niños asociadas a lesiones óseas tumorales o pseudotumorales preexistentes requieren un abordaje multidisciplinario y un plan de tratamiento individualizado, considerando la localización, extensión y características de la lesión, así como el estado general del paciente. El diagnóstico precoz y el tratamiento adecuado son fundamentales para prevenir complicaciones y garantizar una buena recuperación funcional.
Autor: Profr. Dr. Pedro Péricles Ribeiro Baptista
Oncocirugía Ortopédica en el Instituto Oncológico Dr. Arnaldo Vieira de Carvalho
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