Tumor de células gigantes
Características, Diagnóstico y Tratamiento
El tumor de células gigantes, también conocido como TGC, es una neoplasia mesenquimatosa que se caracteriza por la proliferación de grandes células multinucleadas, llamadas gigantocitos. Estas células se parecen a los osteoclastos y se encuentran dentro de un estroma de células mononucleadas. Debido a su peculiar morfología histológica, el diagnóstico preciso suele requerir un análisis exhaustivo del cuadro clínico y radiográfico para evitar confusiones con otros procesos patológicos.
La principal manifestación de un tumor de células gigantes es el dolor local intermitente, a menudo acompañado de un aumento de volumen en la región afectada y restricción de los movimientos de las articulaciones adyacentes. El período de evolución varía de 6 a 12 meses, dependiendo del hueso afectado, siendo común el reporte de traumatismo como desencadenante inicial de los síntomas.
Este tipo de tumor suele afectar a un solo hueso, principalmente huesos largos como el fémur, la tibia, el húmero y el radio. Sin embargo, en casos más raros, puede ocurrir en huesos del esqueleto axial, con predilección por el sacro. La incidencia es más común entre la tercera y cuarta décadas de la vida, afectando a ambos sexos por igual.
Radiográficamente, el TGC se presenta como una lesión epifisaria caracterizada por rarefacción ósea, inicialmente excéntrica y posteriormente comprometiendo la corteza. La confirmación diagnóstica se obtiene mediante análisis histológico, que revela la presencia de células gigantes multinucleadas y estroma de células fusiformes.
El tratamiento de los tumores de células gigantes está bien establecido y apunta a la resección segmentaria de la lesión, siempre que sea posible, garantizando márgenes de seguridad tanto para el hueso como para los tejidos blandos. En los casos en los que la resección segmentaria no es factible, como en la columna cervical, está indicado el legrado endocavitario seguido de terapia adyuvante. Entre las opciones terapéuticas adyuvantes se encuentran el láser de CO2, el fenol diluido en alcohol al 4%, el nitrógeno líquido y la electrotermia.
La técnica electrotérmica ha demostrado ser eficaz para complementar el curetaje, proporcionando una limpieza más completa de la cavidad tumoral. Después de la electrotermia, se realiza el fresado de la cavidad utilizando instrumentos adecuados, como el taladro lento, para garantizar la eliminación completa de las células tumorales restantes.
El relleno de la cavidad tratada se puede realizar con diferentes materiales, como injerto óseo autólogo, sustitutos óseos o metilmetacrilato, cada uno con sus ventajas e inconvenientes. El seguimiento postratamiento es fundamental para controlar la recurrencia de la enfermedad y garantizar la eficacia del tratamiento realizado.
En resumen, el tumor de células gigantes es una patología compleja que requiere un abordaje multidisciplinar para garantizar el mejor resultado terapéutico y la calidad de vida del paciente. Los avances en las técnicas de diagnóstico y tratamiento han contribuido significativamente a mejorar el pronóstico de estos pacientes, ofreciendo opciones terapéuticas cada vez más efectivas y seguras.
Autor: Profr. Dr. Pedro Péricles Ribeiro Baptista
Oncocirugía Ortopédica en el Instituto Oncológico Dr. Arnaldo Vieira de Carvalho
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